Mensajes de diversas orígenes

 

miércoles, 14 de agosto de 2024

Preparaos para la Vida Eterna... Hijos, no tengáis malos pensamientos y corazones

Mensaje de la Reina del Rosario a Gisella en Trevignano Romano, Italia, el 3 de agosto de 2024

 

Queridos hijos míos, gracias por estar aquí en oración y por doblar vuestras rodillas. Mis amados hijos, estad siempre unidos en la Fe. Cuidado con las confusiones que surgen... tenéis un camino infalible para estar con Dios: vivid en la Ley del Señor, seguid Sus mandamientos, tened una vida llena de Fe... ¡de verdadera Fe! Haced el bien a vuestros hermanos y hermanas, y amaos los unos a los otros.

Tristemente, veo a esta humanidad dirigirse hacia la autodestrucción... Pero os amo y os pido que volváis a Dios. ¡Alimentaos de la Eucaristía! Asistid a Su sacrificio y arrepentíos de vuestros pecados. ¡Hijos, haced esto y no tengáis miedo! Dios os perdonará y hará descender sobre vosotros Su Misericordia.

Preparaos para la vida eterna... Hijos, no tengáis malos pensamientos ni corazones. Corred y bebed donde todo es posible... al pie de la Cruz. Ahora os bendigo, en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo ¡Amén!

Breve reflexión

Como una Madre solícita, la Virgen María nos agradece una vez más que nos hayamos reunido a Sus pies. Su sentida invitación a permanecer unidos en la Fe debe impulsarnos a vivir nuestra existencia, toda ella consagrada al Señor. Para ello, debemos «vivir en Su Ley», siguiendo el camino de los mandamientos, haciendo el bien y amándonos los unos a los otros. Sólo así estaremos seguros de ser agradables a los ojos de Dios.

El hombre de hoy, al no vivir en este camino, ha tomado el camino de la «autodestrucción», razón por la que Nuestra Señora, con Su Amor de Madre, nos invita a volver a Dios. Pero sólo recorriendo el camino eucarístico y el del perdón, a través de la gracia sacramental, podremos permitir que el Señor realice Sus planes en nuestras vidas.

Debemos confiar en la Madre de Dios y no temer nunca, pues el Creador nos concederá Su perdón y Su Amor misericordioso, y después nos conducirá a la vida eterna.

Que nuestros corazones estén siempre libres de malos pensamientos que quieran alejarnos de Dios. Por eso debemos «correr» a los pies de la fuente inagotable de todas las gracias, la Cruz, porque sólo amando la Cruz y llevándola amorosamente en nuestra vida seremos dignos de Él.

¡Amemos la Cruz, llevemos la Cruz!

Origen: ➥ LaReginaDelRosario.org

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